Ni sangre ni sudor: lágrimas

Esa es la sensación que me queda este año, sinceramente, ante el nivel del baloncesto mundial y su capacidad para sorprender (y sorprendernos) una vez mas. No puedo hacer otra cosa que ponerme de pie y aplaudir con los ojos llenos de lágrimas ante este nivel.

Vale que el baloncesto es un deporte de emociones, en el que el partido no se resuelve hasta el último segundo... pero lo de este año está siendo de aúpa. Arrancamos con la Copa del Rey: Unicaja ganando en cuartos y semis casi sobre la bocina, equipos como el Estu dando la sorpresa o una final no apta para cardíacos entre el Baskonia y los cajistas. Mientras escribo esto vuelvo a escuchar mi retransmisión de esa final y no tengo otra palabra que no sea "acojonante" para calibrar ese partido.

¿Y ahora? Pues lo de este fin de semana, con dos semis increíbles (la aparición de Siskauskas contra el Barça o Saras contra el Olympiacos) y la mejor final de los últimos años. Yo pensaba que los de Xavi Pascual nos iban a salvar de tres equipos de sopor durante la temporada regular... pero he aquí que, cuando los cánones mandan, unos sacan lo mejor de si y otros... otros se quedan por el camino.

Uno no puede esperar, a partir de ahora, mas que maravillas: en la NBA ya avisan (Chicago y Boston dandolo todo, Atlanta pasando de ronda diez años después, Denver dando el golpe) y tenemos por delante unos PlayOffs ACB que se perfilan muy pero que muy bonitos (por lo pronto, hostias el sábado en cuatro pistas por dos posiciones en la lucha por el título... y dos por el descenso).

Creo que esto no es mas que un regalo para los que no vivimos esas cosas desde el fanatismo de seguir a uno u otro equipo. Y a los que curramos en esto, partidos así nos ayudan.

PD: Si, este finde nos queda grande. Este miércoles arrancaremos con la previa de una jornada muy pero que muy golosa...

PD2: Tengo todo el mes de mayo por delante para poner sobre el papel una idea acojonante. ¿Lo conseguiré?