Uno, a estas alturas, no sabe que hacer. Ayer, cuando fuimos al Parque de Atracciones, hablaba con la gente de los nervios que pasé en el Estu-Unicaja de la Copa, de como me daba vueltas el estómago y, en definitiva, de como sufrí los primeros minutos (los siguientes ya no). Pues bien, esta noche tampoco tengo el cuerpo para muchos trotes. Incluso lo tengo para menos.
Pensaba escribir una previa a la vieja usanza, con su análisis a fondo del Real Madrid, con las claves que podía sacarle este equipo a las carencias de los vecinos. De como buscarle las pulgas a Felipe desde dentro, de como Carlos podía apretar ante la ausencia de Mumbrú o como había que romper desde la dirección a los vecinos ante los problemas fisicos de Raül y la única presencia de Llull en ese caso. Sin embargo, todo eso se queda corto ante la trascendencia de un duelo así.
Mañana no hay jugadores, ni tacticas ni nada parecido. Aquí entran los sentimientos, el peso de la camiseta (de esas que ya se están vendiendo en eBay) y, sobretodo, la responsabilidad de llevarla. Mas allá de un comunicado, mañana se verá el auténtico compromiso que se vive en el vestuario. Y que nadie se engañe: mañana pueden perder de 20, pero nadie les perderá el respeto si se dedican a jugar al baloncesto, si dan la cara. En resumidas cuentas, si se dejan lo que hay que dejarse llevando esa camiseta.
Por eso estamos aquí, velando armas. Pensando en lo que puede ocurrir mañana. Pensando no en lo que veremos, sino en lo que queremos ver. Hay quienes se esperan un hostión guapo, mientras que otros piensan en una victoria épica. Yo, por lo pronto, me quedo con el presente. Porque pensar en el pasado consuela pero no llena tanto, y quien piensa en el futuro se pierde pensando. Como ya os he dicho, me quedo con el presente.
Y quien piensa en el presente, es demente...
PD: Empate técnico en la votacion, 33-33. Se mantiene la situación entonces. Mañana hay partido en "Es Tu Pasión". Mañana os pongo las instrucciones para oirlo.
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