jueves, 16 de abril de 2009

De campos y burbujas


Parece que ha pasado una eternidad desde finales de septiembre: todavía creíamos en Cummings, nos preguntábamos que tenía Martin para tardar tanto en volver y algunos pensábamos en que Beirán iba a ser un hombre importante. Pero lo que mas preocupaba era el tema del Arena. Estábamos que no cagábamos con el dichoso asunto del campo y el juicio, y no respiramos tranquilos hasta que el Masters acabó y jugamos allí nuestro primer partido.

Tiempo ha pasado desde el último juicio (el pleito mas importante para algunos, ya que inmiscuía cuestiones de dinero) y, si el mundo de la política y las relaciones de negocios estuvieran al mismo nivel que las humanas, en MeyC todavía se estarían acordando de nosotros. Pero como en la política se vive de los rencores hasta que no queda mas remedio que pasar página, me da a mi en la nariz que el trato que nos dispensará de aquí a nada la empresa que gestiona “un colegial hasta la medula” como Luis Blazquez será exquisito.

No son pocos los aficionados que se han posicionado, a raíz de los juicios, de manera beligerante frente a MEyC. La idea mayoritaria hacía suya la máxima de “para lo que me queda en el convento”, una opción comprensible visto el trato dispensado a los nuestros desde entonces. El caso es que en el club se han cortado bastante: no en vano, perder el Arena o dejarlo de manera forzosa suponía un golpe durisimo a la linea de flotación de todo este tinglado. Se optó por la vía mas amistosa: cumplir contrato, coger el dinero e irse ya mas tarde a buscar un campo. En esas estamos, a una temporada de tener que vernos en esas.


El primer nombre que salió ante la búsqueda de campos fue la famosa “Caja Mágica”, recinto al que le queda menos de un mes para abrir sus puertas: cualquiera que ande por el centro lo sabrá porque ya se anuncia el Masters Femenino y la otra gran cita de la casa del tenis en Madrid... UN CONCIERTO. Pues si, Lenny Kravitz inaugura la “Caja Mágica” en una clara intensión de los gestores del tinglado por rentabilizar una inversión que llega, quizás, en el peor momento.

La burbuja de recintos deportivos va camino de desinflarse: este verano sabremos si Madrid se convierte, para alegría del Faraón, en ciudad olímpica o si Alberto de Mónaco tiene alguna pregunta mamporrera preparada. Si todo sigue como hasta ahora (con Chicago como gran candidata), habrá que empezar a asegurarse eventos en unos recintos muy especiales y particulares. Con las deudas que hay actualmente en el Ayuntamiento de Madrid, cualquiera se pone ahora a construir en el Recinto Ferial de la Casa de Campo un centro de convenciones/hotel (como se dijo en su momento) y a decirle que no a un contrato de larga duración.

El próximo verano (si todavía existimos) podremos salir a un mercado realmente mal gestionado, en el que podremos sacar mucha ventaja de la situación (no tanta como en el primer contrato del Arena) y mantener una situación ideal para nuestra economía: en un mercado que pierde fuerza con el paso del tiempo, seremos el cliente ideal. Si, aunque parezca mentira, seremos el cliente mas deseado.

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