EDD: Caras y Caretas

Volvimos a la dinámica de cada domingo. Volvimos a jugar la Liga, lo que en definitiva nos interesa... y la verdad, no sabría que deciros. A ver, no me malinterpretéis: se que deciros porque se que vimos ayer. Otra cosa es que me guste decir que vi a ese Estudiantes hacer ese partido.

Ayer, mis amigos fuenlabreños me decían que no tenía porque cabrearme tanto, que hicimos un partidazo durante 38 minutos y que fueron cosas de malas decisiones el minuto y medio fatídico. Pues si, con siete puntos arriba, en un momento en el que tendríamos que haber botado todo el rato, decidimos (porque puede ser que la decisión la tome un jugador, pero si se mantiene esa dinámica es algo que decide el conjunto al no hacer nada) irnos a jugar mas balones. Y claro, ante esas malas decisiones la gente se indigna. Como os decía, mis colegas de Fuenla me decían que ayer vieron durante la mayor parte del partido al Estu de la Copa.

La pregunta es: ¿lo vimos? Les pude ver de cerca en aquel momento y era un equipo que luchaba a brazo partido, que no daba un balón por perdido y que sabía aprovechar sus cualidades y los fallos del rival. Estudiantes descubrió que era capáz de jugar así, cada fin de semana, en la jornada 24. ¿No nos enteramos de que había que echarle huevos hasta la recta final de la temporada? En tres partidos hemos visto mas intensidad que en 23 del resto del año. ¿Quien explica eso, como se explica eso? Mi teoría nos lleva ni mas ni menos que al calendario, pero al de verdad, no al ACB.

Ya hemos superado el carnaval, ya volvemos a la vida rutinaria. Atrás queda una semana de alegría y jolgorio, en la que todo el mundo juega a ser lo que no es. Con el entierro de la sardina todo ese ambiente queda atrás: volvemos a ser los de antes, a cometer los mismos errores, a pesar de que cumplamos con lo que vimos hace una semana durante el 99% del tiempo. Porque no se cuantos partidos se han perdido como el de ayer en la historia del basket (que es laaaaaaarga), pero en relación con el total han sido poquitas seguro.

La prorroga fue la puntilla a nuestra mente, a nuestra idea de pensar que este equipo iba a salir a arrasar en cada partido. No digo que no, no digo que la semana que viene contra el Barça salgamos a hacerles un partidazo... pero en las nueve jornadas que nos quedan tendremos que jugar con eso: con saber que nuestro equipo es capaz de todo, pero a la vez capaz de venirse abajo como ocurrió ayer.

Hay que recordar lo que decíamos hace una semana, pero esta vez en serio. El momento es AHORA.