Ya lo dije en la primera vuelta: como te cambia la cara después de jugar contra el Murcia. Sexta victoria en el zurrón y doblete frente a un rival directo en el tema descensos (o sea, tal cual están las cosas, puntazo). Pero no nos engañemos: una cosa es sumar una victoria contra un equipo de la zona baja, y otra bien distinta es que tomemos esa victoria como punto de reacción.
Se lo decía a Jaume Segales el pasado viernes: la situación del Cajasol es preocupante, pero porque es un asunto psicológico. En Murcia no hay ideas, no hay un segundo base de garantías, interiores de nivel medio y un entrenador cuestionado desde hace años. Ahora que los sevillanos parecen despertar, se van a ver todas las caras: no solo las del Caja, sino las del Murcia, la del Menorca... hasta la nuestra. Por eso la victoria de ayer nos tiene que servir para decirnos a nosotros mismos que estamos capacitados para espabilar, para salir a morder en cada partido y aprovechar cada error del rival.
La victoria de ayer ayuda a que todos recuperen confianza: Carlos ayer estuvo a todo, Samo reaccionó, Tom hizo de las suyas en la pintura y hasta hubo minutos para los menos habituales. Nos quedan tres partidos antes de la Copa y todavía podemos mantener esos porcentajes de los que hablaba al principio de la segunda vuelta: dos victorias nos pondrían en un 50%, y tres en un 66% de triunfos previos a la Copa, golpes de efecto para todos los que formamos parte de la familia. ¿Una solamente? Entra dentro de lo esperado teniendo en cuenta los rivales...
-Un Pamesa que cada vez que juegas contra el piensas "ni chicha ni limoná"...
-El Kalise en el CID, un partido complicado...
-Un CAI que no sabemos por donde cogerlo...
Cualquier cosa puede pasar, por lo que tenemos que estar listos para lo que ocurra. Ante todo, no tenemos que dejarnos impresionar... aunque tampoco hay que intentar impresionar a los demás.
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